Existen varias creencias erróneas alrededor de la intolerancia a la lactosa. Como consecuencia, muchas madres dejan de dar leche materna a su bebé para hacer la transición a una formula libre de lactosa. Sin embargo, existen varios criterios que nos ayudarán a encontrar la raíz de la intolerancia para poder resolverlo sin afectar la salud del bebé.
– El contenido de lactosa de tu leche no está estrechamente relacionado a la cantidad de lácteos que consumes.
– No es recomendable que si tu bebé es diagnosticado como intolerante a la lactosa, la primera solución sea darle fórmula de soya o libre de lactosa.
– No hay una relación entre la intolerancia a la lactosa de miembros mayores de la familia y los síntomas del bebé.
– La intolerancia a la lactosa es muy diferente a la alergia a la proteína de la leche de vaca, estos dos diagnósticos no son intercambiables ni deben ser confundidos.
La lactosa es un azúcar que se encuentra en la leche de todos los mamíferos. La lactosa es el carbohidrato principal en la leche que tu cuerpo produce, para esto tu bebé contiene una enzima llamada lactasa en su tracto intestinal, la cual está encargada de digerir la lactosa en tu leche. Cuando el cuerpo de tu bebé no produce suficiente lactasa, la lactosa no puede ser digerida, por lo que continúa en el tracto digestivo y causa síntomas intestinales como diarrea, gases, sangre en heces y distención.
Intolerancia a la lactosa en bebés
Intolerancia primaria: es una enfermedad extremadamente rara. Un bebé con una verdadera intolerancia a la lactosa no crecerá, mostrará síntomas severos de deshidratación, y una intervención médica es completamente necesaria.
Intolerancia secundaria: ya que la enzima lactasa es producida en las vellosidades intestinales, cualquier cosa que dañe la salud intestinal de tu bebé puede causar una intolerancia secundaria a la lactosa. Por ejemplo:
– Gastroenteritis
– Alergia a la comida, en bebés amamantados esto puede desarrollarse a comidas como, trigo, soya, huevos etc. Para esto la madre puede hacer una dieta de descarte.
– Enfermedades parasíticas como giardiasis y cryptosporidiosis.
– Enfermedad celiaca
– Luego de una cirugía del intestino.
La alergia a la proteína de la leche de vaca muchas veces es confundida por intolerancia a la lactosa. Estas dos NO son iguales y la sintomatología y raíz del problema son totalmente diferentes. Sin embargo, una alergia a la proteína de la leche de vaca puede desencadenar una intolerancia secundaria a la lactosa, ya que las vellosidades del intestino donde se produce la enzima lactasa pueden dañarse como consecuencia a la reacción alérgica a los lácteos. Esta confusión se da ya que el problema se origina de la misma comida: los lácteos.
Una intolerancia secundaria a la lactosa es temporal, mientras permitamos que el intestino del bebé sane y se regenere, este será capaz de producir lactasa nuevamente. Si tu bebé ha sido diagnosticado con alguna alergia alimentaria y has removido ese alimento de tu dieta, seguir dándole leche materna no le hará ningún daño, mientras que esté creciendo y ganando peso adecuadamente.
Licda. Jimena Tejeda, Nutricionista
Consultora Internacional de Lactancia Materna